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dissabte, d’abril 02, 2005

Un homicida-suicida jordano infiltrado a Iraq desde Siria 

La revista Times nos cuenta el caso de Ra'ed al-Banna, un yijadista jordano residente en los EEUU que se embarcó en el camino del islamismo radical, fue a Iraq para finalmente morir en Iraq en la masacre que mató a 125 civiles iraquíes. Este ha sido el también caso de miles de jóvenes árabes que han venido llegando a Iraq a ser mártires: se cuentan 163 atentados homicidas-suicidas desde mayo de 2003.
(Recordemos que según una juez italiana no es delito que los yijadistas europeos vayan a Iraq a matar civiles....)

El homenaje a Al-Banna en Jordania motivó la protesta de los iraquíes ante la embajada, todos ellos hartos de la complicidad de los gobiernos d elos países vecinos con los yijadistas extranjeros que entran a Iraq. Ra'ed al-Banna no era para nada un desesperado. Provenía de una familia de comerciantes, relativamente acomodada, sin una formación rígidamente religiosa.

Este individuo partió desde Jordania supuestamente a Arabia Saudí (eso fue lo que le contó a su familia), pero en realidad fue a Siria, país desde donde los yijadistas extranjeros se infiltran a Iraq. Una vez en Iraq llamó por móvil a su familia, el 28 de febrero. El 3 de marzo la familia recibió una llamada contándole que Ra'ed era un "mártir".

Este caso es muy ilustrativo sobre el perfil de los homicidas-suicidas que masacran civiles en Iraq. Es básicamente el mismo que aquellos que masacran civiles en Madrid.

Ra'ed al-Banna en Nueva York, el homicida-suicida, ejecutor de la masacre de Hilla. No suena que sea uno de los que llegan en pateras...

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