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dijous, d’octubre 20, 2005

Limitar la Libertad de unos para garantizar la Libertad de otros 

Discrepo con Barcepundit en que el artículo de Xavier Sala sobre la ley antitabaco sea "MAGNÍFICO y demoledor". Por el contrario, lo considero demagógico y tramposo, pues habla como si la ley prohibiera fumar a todos, y simplemente no es así.

Sólo en una cosa tiene razon Xavier, y es en que se trata de limitar la libertad, sólo que no "nuestra libertad", sino la libertad de algunos. Se limita tu libertad de fumar en ciertos lugares, pues tu libertad acaba donde comienza la mía. Limitándote a ti es que yo puedo gozar de más libertad: la de no respirar tu humo.

Dice Xavier:
Hoy empezaré con tres confesiones: no fumo, me molesta que se fume a mi alrededor y me encanta vivir en una ciudad, Nueva York, en la que puedo salir de noche y volver a mi casa sin que mi ropa apeste a humo. Dicho eso, pienso que la ley Antitabaco recientemente aprobada por el Congreso de los Diputados representa una peligrosa limitación de nuestra libertad.
Lo mejor de todo es que Nueva York tiene una de las leyes antitabaco más fuertes de EEUU. ¿No será que otros también quieren evitarse la molestia de que se fume a su alrededor?¿No será que otros también quieren poder salir de noche y volver a su casa sin que su ropa apeste a humo? ¿O este es un privilegio al que los locales pueden acceder sólo si se van a Nueva York? ¿Por qué lo que en un lugar le encanta en otro lugar "representa una peligrosa limitación de nuestra libertad"?

Veamos cómo enfrenta el tema:
Digo que eso es un problema porque la frontera entre lo que molesta y lo que no es peligrosamente arbitraria. Por ejemplo: ¿prohibiremos los perfumes si se pone de moda decir que nos molestan? ¿O pondremos en la cárcel a la gente que no se ducha si nos molesta el sudor? ¿Y si nos molestan los feos? ¿O los extranjeros? ¿O los judíos? ¿Dónde está la frontera de lo que es aceptable como molestia?

Yo, la verdad, no me fío de la capacidad de los políticos de poder demarcar racionalmente esa frontera, por más democráticamente que éstos hayan sido elegidos (recuerden que fue un gobierno elegido el que exterminó a seis millones de judíos, simplemente porque les molestaban en su afán de conseguir la pureza racial).
Bueno, desde prohibir los perfumes hasta exterminar a los judíos. Argumentos demagógicos. ¿Qué dice la ley antitabaco que es tan perniciosa? Veamos:

La legislación establece una prohibición total del consumo en todos los lugares de trabajo, salvo en los espacios al aire libre; centros sanitarios y docentes; instalaciones deportivas cerradas; zonas destinadas a la atención directa al público; centros y de atención social para menores de 18 años; centros culturales; salas de fiesta en las que se permita la entrada a menores; áreas donde se elaboren, transformen, preparen o vendan alimentos; ascensores; cabinas telefónicas y recintos de los cajeros automáticos.

Los pitillos quedarán vetados en los vehículos de transporte colectivo urbano e interurbano; las estaciones de autobuses, excepto en los espacios al aire libre; el Metro; transportes ferroviarios y marítimos; y las aeronaves con origen y destino en territorio nacional y en todos los vuelos de compañías aéreas españolas; así como en estaciones de servicio.

Las zonas de fumadores serán la única opción de consumo para los centros de atención social, aeropuertos, hoteles y hostales, salas de fiesta para mayores de edad, teatros, cines y otros espectáculos públicos que se realizan en espacios cerrados.

También se podrá consumir en las áreas establecidas para tal fin en los locales de hostelería y restauración cerrados, siempre que éstos tengan una superficie igual o superior a 100 metros cuadrados y salvo que se hallen ubicados en el interior de centros o dependencias en los que se prohíba fumar.

En los locales que cuenten con un área inferior a los 100 metros cuadrados, la normativa establece la obligación de poner un cartel que informe sobre si se permite fumar o no en su interior.

Ver artículo completo de El Mundo.

Habrá lugares de fumadores y se protegerá a los no fumadores. Entonces, ¿dónde está la prohibición total, comparable nada menos que al Holocausto, de la cual nos habla Xavier?

Fumar en lugares públicos ya no será posible.
Que no me vengan con numeritos sobre el tabaco. Me da igual. Me pueden venir con estudios similares diciéndome que el ruido no perjudica la salud física y mental de los vecinos y pintarme a las asociaciones de lucha contra el ruido como entes totalitarios en embrión.
Quiero gozar de la libertad de dormir tranquilo sin que me despierte ningún ruido tolerado por alguna autoridad que claudica en sus funciones.
Quiero gozar de la libertad de respirar aire puro en un lugar público, sea éste un aeropuerto, un vagón de tren, un andén de metro, o una sala de espera en un hospital. No me importa que me digan que me tengo que aguantar el humo porque éste no aumenta la probabilidad de que me dé cáncer de pulmón.

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