dissabte, d’abril 02, 2005
Periodista asesinada en Irán
Leemos en El Mundo
La fotógrafa canadiense de origen iraní, Zahra Kazemi. (Foto: REUTERS)
La canadiense de origen iraní, Zahra Kazemi, de 54 años, fue arrestada el 23 de junio del 2003 cuando tomaba fotografías de la penitenciaría Evin de Teherán, en cuyas cárceles se recluye a los disidentes.
Las autoridades iraníes habían dicho que la mujer falleció por un ataque cerebral, una versión que después cambiaron asegurando que, tras investigaciones, pudieron determinar que la causa de su muerte fue un golpe en la cabeza al resbalar en el pavimento.
El testigo destacó que había examinado a Kazemi después que fue llevada al hospital y que presentaba golpes en diversas partes, y que al parecer había sido violada además de que se le habían arrancado las uñas de los pies y de las manos.
Añadió que estaba seguro de que esos golpes habían sido causados por torturas, e indicó que una de las enfermeras que atendió a Kazemi, y que intentó insertarle un catéter, informó de que tenía daños en sus partes íntimas.
La muerte de Kazemi, ocurrida a principios de julio del 2003, creó una fuerte tensión entre Canadá e Irán.
Esa tensión se incrementó cuando las autoridades judiciales iraníes negaron acceso a representantes canadienses al juicio del presunto torturador de la víctima, un agente secreto del Gobierno de Teherán.
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Un testigo asegura que la fotógrafa canadiense detenida hace dos años en Irán murió en ese país por torturasEsperemos que los medios espanyoles pongan fin a su apagón informativo sobre la dictadura de Irán que hacen pasar por democracia.
La fotógrafa canadiense de origen iraní, Zahra Kazemi. (Foto: REUTERS)
La canadiense de origen iraní, Zahra Kazemi, de 54 años, fue arrestada el 23 de junio del 2003 cuando tomaba fotografías de la penitenciaría Evin de Teherán, en cuyas cárceles se recluye a los disidentes.
Las autoridades iraníes habían dicho que la mujer falleció por un ataque cerebral, una versión que después cambiaron asegurando que, tras investigaciones, pudieron determinar que la causa de su muerte fue un golpe en la cabeza al resbalar en el pavimento.
El testigo destacó que había examinado a Kazemi después que fue llevada al hospital y que presentaba golpes en diversas partes, y que al parecer había sido violada además de que se le habían arrancado las uñas de los pies y de las manos.
Añadió que estaba seguro de que esos golpes habían sido causados por torturas, e indicó que una de las enfermeras que atendió a Kazemi, y que intentó insertarle un catéter, informó de que tenía daños en sus partes íntimas.
La muerte de Kazemi, ocurrida a principios de julio del 2003, creó una fuerte tensión entre Canadá e Irán.
Esa tensión se incrementó cuando las autoridades judiciales iraníes negaron acceso a representantes canadienses al juicio del presunto torturador de la víctima, un agente secreto del Gobierno de Teherán.
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