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dimarts, de gener 25, 2005

Las elecciones en Iraq y el dilema de las izquierdas 

Una página web ultraizquierdista ventila el debate entre corrientes de izquierdas sobre las elecciones en Iraq. Dentro de su lenguaje ideologizado, se deja entrever frustración. Una corriente de ellos se cree lo de la "resistencia iraquí", otra no. Debaten amargamente un hecho incontrovertible: estuvieron reclamando elecciones inmediatas durante algún tiempo y cuando éstas llegaron sólo atinaron a boicotearlas. Las ultraizquierdas estalinistas españolas tienen como postura oficial el boicot a las elecciones iraquíes. Sin embargo, lo único que están haciendo es quejarse amargamente por su propio fracaso en dicho boicot. Gilbert Achcar es una voz algo disidente en este contexto:

Incidentalmente, esto significa que cualquier apoyo incondicional a la “resistencia” iraquí en su totalidad en los países occidentales, donde el movimiento contra la guerra lo necesita extremadamente, es gravemente contraproducente en tanto que está profundamente equivocado (si bien basado en buenas intenciones). Debería existir una clara distinción entre las acciones contra la ocupación que son legítimas, y las de los denominados grupos de “resistencia” que deben ser rechazados. Un caso muy obvio es el de los atentados sectarios del grupo de Al-Zarqawi contra la Chi’a. Dicho esto, ha quedado claro que hasta ahora la estrategia más provechosa para oponerse a la ocupación es la que ha llevado a cabo Sistani, y los intentos de hacer fracasar las elecciones y deslegitimarlas antes de su celebración sólo pueden favorecer a la ocupación estadounidense.
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Quienes más activamente intentan que fracasen no están verdaderamente preocupados por el hecho de que se lleven a cabo mientras continúa la ocupación. Después de todo, la historia de la descolonización está plagada de situaciones en las que las elecciones o consultas se llevaron a efecto bajo la ocupación como pasos importantes hacia la independencia y la evacuación de las tropas extranjeras. Durante muchos años, los palestinos han estado luchando por el derecho a tener elecciones bajo la ocupación israelí. Este argumento, por ello, es una pobre excusa del miedo a celebrar elecciones por parte de las fuerzas que saben que están abocadas a ser una minoría o quedar completamente marginadas en unas elecciones libres.
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A esto, hay que añadir el argumento de las gentes a quien les gusta Zarqawi, recientemente respaldado por Bin Laden: las elecciones son impías porque se van a celebrar según leyes “positivas”, es decir, hechas por los hombres, mientras que las únicas elecciones “legítimas” son las que se llevan a cabo según las prescripciones de la Sharia. El carácter totalmente reaccionario de este argumento no precisa de comentario alguno.

Por supuesto, para decir que algo es malo hay que vincularlo a la estrategia de los malos, en este caso los Estados Unidos. Da igual. Leyendo entre líneas queda claro que hay un sector en las izquierdas que no ve con tan malos ojos las elecciones iraquíes y entiende que apoyar a Al Qaeda, que es a lo que han venido apoyando en Iraq, es un callejón sin salida: una estrategia de derrota.

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