dimarts, de novembre 30, 2004
Para posterior evaluación
LLUÍS AMIGUET (30/11/2004) entrevista a JOHN GRAY, POLITÓLOGO inglés. Una vez más nos trae a alguien con un discurso estrambótico, al estilo de "el terrorismo es la cima del capitalismo":
Y continua:
Las fuerzas iraquíes existen. Sí, tienen problemas, pero van avanzando. Ver este artículo del New York Times. Los iraquíes tampoco quieren a la tal "resistencia". En Faluya han estado hasta las narices de la dictadura de los "resistentes". Un hecho que subestiman algunos politólogos. El problema es que expresiones y visiones como las de Gray se acaban por fosilizar y constituyen la verdad única ofrecida por algunos periodistas como Amiguet. Es lo que los lectores acaban repitiendo.
Convendría que periodistas como Amiguet ofrezcan algún tipo de contrapunto a estas visiones derrotistas y sobre todo que se compare lo que se dijo con lo que ocurre después. Por ejemplo, esta página web hace un balance sobre las intervenciones en Afganistán y en Iraq. Hispalibertas se refiere a la misma en castellano:
Y continua:
Sería interesante comparar el pronóstico de Gray sobre Iraq con lo que ocurrirá. Ojalá que Amiguet esté en LV para entrevistarlo en algunos años.
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Ahora quiero hablar de Iraq: nos lo jugamos todo allí y vamos a perder....[La guerra] Ya está perdida. Y, cuando se consume nuestra derrota, el caos se apoderará de todo el golfo Pérsico, que es hoy la única gran reserva de petróleo barato del planeta y el gran eje de toda la economía mundial. Por eso Iraq no será Vietnam, será muchísimo peor para todos. ¿Sabe por qué? ...En Vietnam no había petróleo. El abandono de Vietnam no sumió a la economía mundial en un pozo sin fondo. ... Cuando se vayan los marines, Al Qaeda proclamará su victoria, la mayor jamás alcanzada por ningún ejército árabe o islámico, y nada impedirá después que los islamistas más radicales se hagan con el control del Golfo: Arabia Saudí, Kuwait, los Emiratos...
Y continua:
Gray: igual que usted y yo sabemos que EE.UU. tiene que irse, lo saben los iraquíes y... ¿usted se jugaría la vida y la de su familia apoyando a un gobierno títere de una potencia a punto de retirarse?
Amiguet: Sería tonto.
Gray: Entonces, ¿cómo EE.UU. va a constituir un poder estable si no hay ningún colaboracionista fiable? ¡Están desertando en masa!
Las fuerzas iraquíes existen. Sí, tienen problemas, pero van avanzando. Ver este artículo del New York Times. Los iraquíes tampoco quieren a la tal "resistencia". En Faluya han estado hasta las narices de la dictadura de los "resistentes". Un hecho que subestiman algunos politólogos. El problema es que expresiones y visiones como las de Gray se acaban por fosilizar y constituyen la verdad única ofrecida por algunos periodistas como Amiguet. Es lo que los lectores acaban repitiendo.
Convendría que periodistas como Amiguet ofrezcan algún tipo de contrapunto a estas visiones derrotistas y sobre todo que se compare lo que se dijo con lo que ocurre después. Por ejemplo, esta página web hace un balance sobre las intervenciones en Afganistán y en Iraq. Hispalibertas se refiere a la misma en castellano:
En septiembre y principios de octubre de 2001 se nos advirtió que la invasión de Afganistán era imposible —montañas demasiado altas, el invierno y el Ramadán a punto de llegar, aliados débiles y pérfidos tan malos como los islamistas— y que por tanto la invasión resultaría en decenas de millares de muertos y millones de refugiados. [...]
Tras la derrota de los talibanes en siete semanas, estos críticos deslumbrados tomaron aliento y declararon la victoria vana. Dijeron que el país había descendido al gobierno por caudillos militares, y consideraron la idea de unas elecciones programadas una noción ridícula. Los soportamos durante casi dos años. Sin embargo, tras las recientes y en su mayor parte apacibles elecciones Afganistán ha desaparecido lentamente del remolino de la política interna, mientras todos los que pensaban que nuestros esfuerzos eran no sólo imposibles sino absurdos se retiraban a las sombras a rechinar los dientes porque Kabul no es aún Carmel, California. Las feministas occidentales, los defensores de los derechos homosexuales y los reformistas liberales* no han expresado nunca, de manera definida, aprecio por la revolución afgana que ahora tiene lugar en las vidas de veintiséis millones de personas antes cautivas. Nunca lo harán. En lugar de eso, los occidentales simplemente asumen ahora que no hubo nunca controversia alguna, sino más bien un consenso general de que Afganistán es "algo bueno", como si los talibanes hubieran marchado voluntariamente al exilio debido a ocasionales censuras de la Revista de Libros del New York Times.
Y continua:
[...] un Afganistán y un Irak reformados pueden desencadenar lo que millares de millones de dólares durante decenios de ayuda malgastada a Egipto, Jordania y los palestinos, la Guerra del Golfo de 1991 y sesenta años de apaciguar a los jeques del petróleo no pudieron: el final del viejo y enfermizo cálculo de las tiranías del Oriente Próximo chantajeando a los Estados Unidos primero con intrigas con la Unión Soviética, después amenazas de embargos de petróleo y precios sobreelevados, y últimamente apoyo tanto abierto como furtivo a los asesinos fundamentalistas.
Sería interesante comparar el pronóstico de Gray sobre Iraq con lo que ocurrirá. Ojalá que Amiguet esté en LV para entrevistarlo en algunos años.
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