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dimecres, d’agost 24, 2005

Editoriales 

El editorial de El País se mete a su manera en el tema de la constitución iraquí para concluir:
Sumido en la violencia y el caos, el país está como su Constitución, en borrador. Un acuerdo, improbable, que incluyera a los suníes es condición indispensable, aunque no suficiente, para intentar que la violencia se reduzca. El desacuerdo no haría sino alimentarla. En todo caso, con este borrador, Irak no se convertirá en ese faro de democracia y modernidad para el resto del mundo árabe y musulmán que Washington proclamaba. Ahora, pese a la "victoria total" que Bush dice perseguir, se conformaría con mucho menos.
Predicciones sesgadas y lugares comunes como para animar a las huestes...al menos se curraron algo el tema de la constitución. En cambio, el editorial de la Vanguardia nos cuenta:
Para que la guerra de Vietnam fuese objetivamente equiparable a la que se libra en Iraq, Estados Unidos contaría a estas alturas con más de 17.000 bajas mortales, en lugar de 1.800, y más de un millón de iraquíes habrían fallecido desde marzo del 2003.
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Pero por mucho que Bagdad no sea Saigón, el antecedente de aquella derrota empieza a calar en la sociedad norteamericana. Tanto es así, que hasta el senador republicano y veterano de Vietnam Chuk Hagel también teme que el Tigris y el Éufrates acaben desembocando en el delta del Mekong. Otra analogía simbólica entre las dos guerras nos la dio el domingo Joan Baez, que se plantó con su guitarra y voz de soprano-protesta ante el rancho presidencial de Crawford para perseguir con sus baladas a Bush, lo mismo que hizo hace cuatro décadas con Johnson. A sus 64 espléndidos años, y pese a los detractores que pueda tener, Baez continúa siendo uno de los escasos ejemplos de tenacidad y coraje en batallas civiles no siempre perdidas.
Los mismos lugares comunes Vietnam, el senador y Joan Baez. Un artículo que podría publicarse hace un año o en un mes....

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