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dimecres, de juny 08, 2005

Por un nuevo partido político en Cataluña 

Así dice un manifiesto de un grupo de ciudadanos que paso a comentar:
Todo parece indicar que al elegir como principal tarea política la redacción de un nuevo Estatuto para Cataluña, lo simbólico ha desplazado una vez más a lo necesario.

La táctica desplegada durante más de dos décadas por el nacionalismo pujolista, en la que hoy insiste el tripartito, ha consistido en propiciar el conflicto permanente entre las instituciones políticas catalanas y españolas e, incluso, entre los catalanes y el resto de los españoles.
¿Qué conflicto, señores? Acusáis sólo a las autoridades catalanas de tal "conflicto". ¿Qué tal darle la cuota de responsabilidad que le toca a los nacionalistas espanyoles, tipo Rodríguez Ibarra o Bono? En cualquier caso, estáis exagerando, las autoridades catalanas reclaman las competencias que les tocan, incluso dentro del marco legal existente. ¿Es eso "propiciar el conflicto"? ¿Quién antepone "lo simbolico" a "lo necesario"?
La política lingüística que se ha aplicado a la enseñanza no ha impedido que los estudiantes catalanes ocupen uno de los niveles más bajos del mundo desarrollado en comprensión verbal y escrita.
Esto es algo que se repite y repite, pero la realidad es que los niveles educativos catalanes no son sustancialmente diferentes a los de Madrid, Valencia o Euskal Herría. Es el estado espanyol el que tiene uno de los niveles más bajos en el mundo desarrollado. Sin demagogia, por favor.

(Además, leamos bien lo que han escrito y preguntémonos: ¿desde cuándo una política lingüística está llamada a impedir que los niveles educativos sean bajos? Esta redacción se asemeja a la de los periodistas poco serios....)
Desde hace tiempo la riqueza crece en una proporción inferior a la de otras regiones españolas y europeas comparables. Un buen número de indicadores cruciales, como la inversión productiva extranjera o las cifras de usuarios de internet, ofrecen una imagen de Cataluña muy lejana del papel de locomotora de España que el nacionalismo se había autopropuesto.
Lo mejor que pueden exhibir para pintar un panorama catastrófico es la inversión extranjera (que también se va de Valencia o de Castilla hacia el este de Europa) y los usuarios de internet. ¿A qué se referirán con "regiones españolas y europeas comparables"? Lo que es normal es que las regiones, como ellos les llaman, pobres crezcan más rápido que las más ricas. Es la convergencia. Entre 1995 y 2004 Catalunya creció en promedio a 6,1% anual per cápita. Baleares, la comunidad que menos creció, lo hizo a 5,7%, y Cantabria, la que más creció, a 7,0%. (ver aquí, una nota de prensa del INE). Entre las comunidades que crecen por debajo de la media espanyola también están Baleares, las Castillas y el País Valenciano, donde los que gobiernan ni por asomo son "nacionalistas"....
Su reacción ha sido la acostumbrada: atribuir la decadencia económica a un reparto de la hacienda pública supuestamente injusto con Cataluña.
Con eso de que el reparto es "supuestamente injusto" con Catalunya ya podrían sumarse a Rodríguez Ibarra y repetir en coro que nos metamos los cobres por donde nos quepa. Lo real es que esta Catalunya de decadencia que dibujan contribuye al estado mucho más de lo que recibe y sin tener control ni competencia sobre esta redistribución realizada desde Madrid. Por lo visto, ya les vale con el statu quo.
Puede decirse que en Cataluña actúa una corrupción institucional que afecta a cualquier ciudadano que aspire a un puesto de titularidad pública o pretenda beneficiarse de la distribución de los recursos públicos. En términos generales, el requisito principal para ocupar una plaza, recibir una ayuda, o beneficiarse de una legislación favorable, es la contribución al mito identitario y no los méritos profesionales del candidato o el interés práctico de la sociedad.
Que hay corrupción la hay y está mal que no se haya investigado los escándalos del gobierno anterior. Sin embargo, el enchufismo es una enfermedad que existe en todo el estado espanyol: también en Madrid, Valencia, y en Galicia ni se diga. Lo es en los gobiernos locales, autonómicos y el central, de todas las tendencias, como lo es en los sindicatos. Lo que debe estar ocurriendo es que estos manifestantes no tienen buenos enchufes. Averigüemos cómo se comportan donde tienen cuotas de poder. De seguro que no son moralmente superiores que de quienes se quejan.
La mejor garantía del respeto de las libertades, la justicia y la equidad entre los ciudadanos, tal y como se conciben en un Estado de Derecho, reside en el pleno desarrollo del actual régimen estatutario de las Autonomías, enmarcado en la Constitución de 1978.
Premio, nos quedamos con la constitución de hace 27 años. No llegaremos a nada mejor.

Así están las cosas. Llama la atención la pobreza de argumentos de este grupo de intelectuales. No están diciendo nada que no se haya dicho antes. En particular, no han podido explicar por qué quieren un nuevo partido. Ya podrían desprejuiciarse un poco y seguir los pasos de José Piqué o José Borrell. No les falta mucho....

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