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dilluns, de març 14, 2005

Más sobre el mito de la pobreza como causa del terrorismo 

En la contra de La Vanguardia leemos:
los terroristas mártires son miembros de las elites de su comunidad. Son gente acomodada, niños pijos como los autores del 11-S, que eran jóvenes de las mejores familias saudíes, con buena educación, políglotas y cosmopolitas. Así que la teoría del terrorismo como respuesta ante la marginación, la pobreza, la ignorancia o el acorralamiento no sirve... y tampoco sirve la de la mera subsistencia. Por eso desconcertó, en principio, a los analistas del 11-M comprobar el bajo perfil sociológico de los primeros detenidos de la trama.

-¿Aquí funcionaba otro modelo?

-La respuesta estaba en el piso de Leganés donde se inmolaron los líderes de la trama. Los colaboradores eran lumpen, pero los del piso, sus dirigentes, pertenecían a la elite de sus países, clase alta, igual que el líder de Al Qaeda en España, Abu Dhada, y que muchos mártires del terrorismo palestino, el de Chechenia o el de los tamiles de Sri Lanka.
(...)
-¿Cree que [la inmolación] tiene futuro?

-Ya veremos, si tenemos suerte... La recuperaron los suicidas de Hezbollah en Líbano después de varias décadas de olvido, y la asumió Al Qaeda primero en el 11-S y después en el 11-M. Pero en Palestina ha caído en picado durante el último año y confío ver el descenso también en Iraq.
Es lo que nos dice ADOLF TOBEÑA, CATEDRÁTICO DE PSIQUIATRÍA. Lo han dicho otros antes y lo dirán otros después. Sin embargo y lamentablemente, los mitos continuarán.

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