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dijous, d’abril 14, 2005

Severo Ochoa: la demagogia como arma 

Recomiendo leer completo este artículo publicado en El Periódico. No tiene desperdicio:

Morir sin dolor
LUIS ANTONIO De Villena
Escritor
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El Gobierno de la Comunidad retiró de su cargo al doctor Montes haciendo caso a una denuncia anónima (¿qué ocurriría de hacer caso instantáneo a cualquier denuncia anónima que pueda recibirse?). Y este Gobierno --y, desde luego, su presidenta-- se dice liberal, aún siendo del PP. Esperanza Aguirre (que llegó al poder, tras perder una primera vez, con el indirecto apoyo de dos tránsfugas, ya desaparecidos de la política) usa sonrisa facilona y diestra, pero --no lo olviden-- cuando tiene que dar con el puño en la mesa, da sin vacilaciones, y el puño de acero, si es menester, se vuelve garra.

Hoy, desdichadamente, no hay centro ni derecha blanda en España. Toda la derecha nacional que gobierna es derecha dura (pupilos o pupilas de José María Aznar) e incluso hay no poca ultraderecha disfrazada de demócrata, uso que han aprendido como alumnos aventajados --les apoya la historia-- del señor Bush y de la señorita Rice (Condoleezza).
(...)
Al doctor y a su equipo (parece) no les gusta ver sufrir a tan desdichados pacientes. Al contrario, parece que a la señora Aguirre y a su equipo les encanta que los pacientes terminales sufran. ¿Acaso no hemos visto todos sufrir a Juan Pablo II hasta la extenuación y el mudo aullido de misericordia? ¡Señor, señor, porqué me has abandonado! ¿No ha de ser ése --nos advierte mudamente Aguirre-- ejemplo para todos?
Este escritor lo plantea el como un tema de eutanasia. No, señor. Es un tema de mala praxis. El tema no es cómo se mueren los pacientes, el tema es que se mueren cuando no les toca.
Dejemos en manos de la justicia (donde debe estar únicamente) si el doctor Montes cumplió o no cumplió la voluntad de éste o aquél enfermo que escogió voluntariamente la vía del sufrimiento, y en lo demás permitamos que reine la libertad individual y no la fe católica más rigorista, para que España no vuelva a ser un país más papista que el Papa. Puesto que el caso del hospital de Leganés, situado por la derecha vaticanista directamente a los pies de los más enrabietados caballos, es sólo --en el fondo-- un caso de libertad individual, y no de eutanasia activa y no deseada, como asimismo se pretende presentarlo.
Completamente equivocado está este escritor. No es un tema de libertad individual, que algunos quieren morir sufriendo y otros no, y se les quiere obligar a sufrir a todos. No. El tema es que hay denuncias de irregularidades en el hospital. Los médicos, fuertemente sindicalizados y con apoyo político y periodístico, se imponen sobre los pacientes, y éstos, que no tienen un poder similar, son los pringados que se tienen que conformar con lo que les digan los médicos. Se seguirá investigando. Esperemos que los que hoy dan rienda suelta a su pluma demagógica sigan allí cuando se determine las responsabilidades del doctor Montes, alias "Sendero Luminoso"....

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