diumenge, d’abril 18, 2004
Antisemitismo en Europa
Escuchamos o leemos cosas como estas:
- "No soy antisemita, soy antisionista"
- "Mis mejores amigos son judíos".
Nadie se las cree. Ni siquiera los que las dicen. El viejo antisemitismo queda endulzado con una supuesta postura "antiisraelí", o más kumbayá aún, "antisionista". Incluso los neonazis evitan la palabra "judío". Debidamente aggiornados dicen "sionista". Las sinagogas, por ejemplo, son "sionistas". El energúmeno de siempre adquiere una respetabilidad que no merece.
Al respecto, el reporte de Gerstenfeld es esclarescedor.
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- "No soy antisemita, soy antisionista"
- "Mis mejores amigos son judíos".
Nadie se las cree. Ni siquiera los que las dicen. El viejo antisemitismo queda endulzado con una supuesta postura "antiisraelí", o más kumbayá aún, "antisionista". Incluso los neonazis evitan la palabra "judío". Debidamente aggiornados dicen "sionista". Las sinagogas, por ejemplo, son "sionistas". El energúmeno de siempre adquiere una respetabilidad que no merece.
Al respecto, el reporte de Gerstenfeld es esclarescedor.
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